No siempre la infección o inflamación de la próstata
explicará los síntomas en un paciente joven, y como veremos más adelante, no
siempre la prostatitis será el diagnóstico correcto para el paciente, y esto
debido a que en muchas ocasiones, el problema se encuentra por fuera de la
próstata.
EL SÍNDROME DEL DOLOR MIOFASCIAL DEL SUELO
PÉLVICO
Cuando evaluamos un paciente con síntomas urinarios,
debemos siempre evaluar la zona perineal, esto con el fin de detectar puntos
dolorosos específicos, que pueden desencadenar dolor.
Una miofascia es el tejido conectivo que rodea los
músculos, y Ustedes pueden apreciarla cuando van de compras al supermercado, en
la sección carnes: es aquella delgada tela que cubre el musculo. Cuando un
músculo y su miofascia se lesionan, ya sea por el uso excesivo o trauma, se
vuelven crónicamente tensos. Las fibras musculares apretadas pueden convertirse
en puntos de activación a lo largo del músculo, estos nudos son esencialmente
pequeños parches de los músculos que se encuentran en espasmo constante y
aislada.
El periné es la zona ubicada entre el ano y los
testículos en el varón, y en la mujer en la base de la vagina
El Dolor es el síntoma más importante y debe ser adecuadamente evaluado
Dado que el síndrome de dolor miofascial es un
descubrimiento relativamente nuevo en el campo de la medicina, muchos casos de
la enfermedad son mal diagnosticados, lo que lleva a los tratamientos fallidos.
Los puntos dolorosos en esta enfermedad son denominados
puntos gatillo (llamemoslos PG de aquí en adelante), y dependiendo de sus
características, nos pueden orientar en el diagnostico de la enfermedad.
Algunas características del dolor
- El dolor puede ser localizado en el ano, los genitales y la vejiga.
- El dolor puede extenderse mas allá; por ejemplo, hacia la zona lumbar, el abdomen, las nalgas y los muslos. Esto por que los puntos desencadenantes pueden afectar los nervios que viajan a esas regiones y "no necesariamente deben localizarse en ellas"
- El dolor puede extenderse también mas allá del periné, debido a que los músculos del suelo pélvico trabajan junto con los músculos de la zona lumbar, el abdomen y las nalgas.
- Los puntos de activación de la pelvis pueden causar problemas urológicos, ginecológicos y de los intestinos, como la dificultad miccional, incontinencia y dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia) y dolor durante la eyaculación en el varón.
- El síndrome de dolor miofascial de la pelvis puede ser mal diagnosticado como síndrome de intestino irritable, la endometriosis, la prostatitis o otras enfermedades relacionadas con los órganos pélvicos.
- Este tipo de dolor no tiene relación el ciclo menstrual.
El Síndrome doloroso miofascial del suelo pélvico
Si bien el nombre de la enfermedad es largo, no debería
de ser motivo para olvidarnos de él, ya que es la causa más común de dolor
perineal, que muchos médicos pasan por alto y confunden con prostatodínia
(dolor prostático) o prostatitis.
Este dolor es característico de la zona perineal, y los
músculos implicados deben presentar algunas de las siguientes características,
para que se dé el diagnóstico:
- El dolor debe ser generado y mantenido por uno o más PG activos.
- El PG está situado dentro de una banda tensa de un músculo o de su fascia.
- La banda y el PG son palpables y con dolor referido.
- La capacidad de alargamiento del músculo afectado se encuentra restringida y con frecuencia el músculo no puede llegar a extenderse del todo. El músculo se encuentra acortado.
- El patrón de dolor referido es específico y propio para cada músculo.
- Existe una respuesta espasmódica a la presión firme de un PG activo por contracción transitoria de las fibras musculares de la banda tensa. Es la denominada respuesta de espasmo local.
- Los PG se activan por traumatismo directo, presión y/o sobrecarga del músculo.
- Con los síntomas anteriores coexisten alteraciones autónomas regionales y segmentarias: cambios locales en la piel con aumento de la sudoración; cambios en la temperatura local y, en ocasiones, pequeños edemas locales.
El tratamiento es multidisciplinario, y siempre implicará
tratamiento medicamentoso, fisioterapia urológica y en ocasiones, psicoterapia.
Si usted tiene dolor pélvico crónico que no se atribuye a
problemas ginecológicos, reproductivas, infecciones urinarias o de la próstata,
es posible que usted sufre de un problema músculo-esquelético en la región
pélvica.
Dr. Luis Fernando Susaníbar Napurí
Urología y Medicina Sexual
Madrid UrologíaFijo: 910 32 73 74
¿PROSTATITIS?
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